GUÍA PRÁCTICA
Siestas. Como papás, sabemos lo necesarias que son para todos en casa, para nosotros y para nuestros hijos, aunque a veces haga falta un poco de poder de convencimiento.
En este tema, muchas veces como papás comparamos a nuestros hijos con los demás para saber si están durmiendo el tiempo que necesitan o si están tomando siestas muy cortas, y poder saber como lidiar con esto. Así que te damos nuestra guía práctica de siestas para bebés y preescolares.
¿Entonces, cuántas siestas necesita mi hijo?
¿Cuántas horas deberían durar en el día?
Como podrás imaginar esto depende completamente de su edad… echemos un vistazo.
Recién nacidos (0-4 meses): Nuestros pequeños necesitan de 3 a 5 siestas, idealmente teniendo 6 horas de sueño durante el día. ( 12 durante en la noche, despertando a comer cada 3-4 hrs)
Bebés de 4 a 12 meses: En esta etapa, hay un cambio radical en el número de siestas, ya que hay una transición de 4, a 3, y después 2, ( este último cambio sucede entre los 6-8 meses) Durante esta etapa, el tiempo total de sueño de un niño se reduce a 2.5-3.5 horas de sueño diurno.
Esto quiere decir que como papás, habrá que estar atentos a sus señales de cansancio para asegurarnos de que tomen buenas siestas. La clave para sobrevivir esta etapa es detectar cuanto tiempo aguanta tu hijo despierto (sin caer en agotamiento extremo) entre siesta y siesta.
Otro punto importante a considerar, es al que el Dr. Wisler le llama “siestas en movimiento” esas que hacen en el fular o canguro, carriola o en el coche, son siestas que no son del todo restauradoras. Por esta razón, nosotras recomendamos que al menos una siesta al día sea en casa o al menos en un lugar tranquilo, como su cuna por ejemplo.
Bebés de 12 a 24 meses: Durante esta etapa, el sueño diurno se reduce, necesitando de 1.5 a 2.5 horas. De aqui a que cumpla 3 años, las cosas se vuelven mucho más variables. La mayoría de los niños cambia de 2 a 1 siesta entre los 15 y los 18 meses y la mayoría (no todos) dejan esta ultima siesta cerca de los 3 años. Todos los niños son diferentes, sin embargo, aquellos que no toman buenas siestas, ya sea porque solo hacen siestas pequeñas o no están tomando el número de horas diurno que requieren para su edad y su desarrollo, se empezará a notar una afectación en el sueño de la noche (despertar muchas veces durante la noche). Si crees que las siestas estén afectando su sueño nocturno, no dudes en hablar con tu preescolar y hacer cambios en su rutina.
MICRO SIESTAS
Las microsiestas generalmente aparecen entre la semana 8 y la 18 de vida, y lejos de que se haya descompuesto el sueño de tu hijo, es un hecho completamente normal en su desarrollo; aparecen en cuanto biológicamente surgen los “ciclos de sueño”. Sin embargo, investigadores resaltan el hecho de que conforme los bebés van creciendo, las siestas cortas o micro siestas no son de un sueño restaurador, como lo son las siestas largas, por lo que es muy importante enseñar a tu hijo calmarse y ligar el siguiente ciclo de sueño, para que la siesta sea una siesta larga y restauradora.
Consolidando el sueño. Cuando el día y la noche son tan diferentes como… bien, el día y la noche
A menudo nos preguntan por qué los bebés son mucho más fáciles de ponerse a dormir durante la noche, mientras que las siestas durante el día siguen siendo una batalla. Hay una razón científica para esto. El impulso fisiológico de nuestro bebé para dormir es mucho más fuerte durante la noche (¡como el nuestro, en teoría!) El sueño diurno es importante, pero su cuerpo no lo hará de la misma manera.
COSAS QUE HARÁN SUS SIESTAS MUCHO MÁS FÁCILES
1.- Tener rituales para dormir: Como mencionamos arriba, tener un poco de calma y la rutina al momento de dormir es muy importante. Ya sea leer un cuento, cantar su canción favorita o un momento en tus brazos, hacer una pequeña rutina antes de ir ponerlo a dormir, tanto en el día como en la noche.
2.- Asosiaciones positivas al dormir: Así como debes de ser constante en su rutina para acostarlo, hazlo también con los pequeños detalles, por ejemplo si usas una cobija para dormirlo o un sleeping bag, pónselo también al momento de dormir la siesta.
3.- Un ambiente relajado y tranquilo. Evita la sobre estimulación y las cosas con las que pueda interactuar en el cuarto donde vaya a dormir. Considera que el lugar donde va a dormir debe ser propicio para esto, un lugar obscuro, “aburrido” que inspire a quedarse dormido fácilmente.
4.- Se constante en la forma de como lo duermes: Para este punto probablemente ya te quedo clara la idea de que la constancia y la rutina son la clave del éxito, pero lo debe ser también la forma en que lo pones y ayudas a dormir. No intentes una técnica diferente cada vez que lo acuestes. Escoge la que te parezca mejor y apégate a ella.
5.- Los horarios para dormir: Tener más o menos un horario para dormir la siesta cada día es clave. No tiene que ser un horario estricto ( si esto no va contigo) sino como una forma de trabajar con el ritmo circadiano natural de tu bebé y permitir que su reloj corporal se acostumbre.
6.- Evita el agotamiento: Conociendo la importancia de las siestas y la frecuencia que hay entre éstas, significa que debes reconocer las señales de cansancio y agotamiento de tu hijo, y ponerlo a dormir cuando lo esta pidiendo y hacer lo posible para lograrlo.
7.- No hacer las siestas inmediatamente después de la comida o la leche: Es muy frecuente que asumamos que nuestro bebé necesita dormir inmediatamte después de comer para lograr que duerma largo y tendido y no despierte a la mitad de la siesta por hambre. Sin embargo, para algunos niños esto puede incrementar el reflujo o problemas de digestión. Lo ideal es que esperes de 20 min a 1 hora después de comer, para poner a dormir a tu bebé la siesta.
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