2.- La luz que entre al cuarto. La Luz manda señales al cerebro para que produzca serotonina, mejor conocida por algunos como la “hormona feliz”, que provoca que sea más difícil quedarse dormidos. La serotonina se convierte en melatonina una vez que la luz es bloqueada. Para el día 60 de nacidos, la glándula pineal de un bebé madura lo suficiente como para producir su propia melatonina. La melatonina se produce sin luz, es por eso que siempre recomendamos que el lugar para dormir esté muy obscuro. Nuestro reloj biológico va de acuerdo con la luz del día, es por eso que dormimos en la noche. Entonces si quieres ayudar a que tu hijo duerma bien…¡Mientras más obscuro, mejor! Sí no ves absolutamente nada, está perfecto. Un black out puede servirte mucho, ya que si duerme bien al principio pero durante la madrugada entra un poco de luz del amanecer o de la calle, puede provocar que tu hijo no pueda ligar el siguiente ciclo de sueño y provocar que se despierte y no pueda volver a dormir y entre en “agotamiento”. Por otra parte, apóyate de la luz, cuando ya sea hora de despertar y empezar el día o terminar la siesta.
3.- White Noise o ruido blanco (sonido de estática). Para bebés menores de 12 meses, especialmente recién nacidos (antes de los 4 meses) el ruido blanco es una excelente práctica para ayudarlos a dormir ya que simula el sonido del vientre materno, la voces se empezarán a disipar, el shhhh, el bombeo de a sangre a través de las arterias y otros sonidos internos a los que estaba acostumbrado. Para que sea exitoso debe estar idealmente 85-95 decibeles y quedarse prendido todo el tiempo que dure la siesta. Esto ayuda a tu bebé a que pueda ligar los ciclos de sueño, se relaje y además disimula los ruidos de la calle.