Para poder hacer un cambio en los hábitos de sueño de nuestros hijos, sobre todo si ya tienen más de 12 meses, es muy importante poner nuevos límites, desde el lugar dónde duerme, la manera en que se duerme y con quien se duerme.
Contrario a los que muchos piensan, los niños sí necesitan límites para sentirse seguros emocionalmente, además de queridos y valorados. Pensemos en los límites como FRONTERAS de lo que sí pueden hacer y lo que no. Al poner limites externos, los niños desarrollan sus límites internos, ¿a qué me refiero? A que un niño que no tiene límites en casa tendrá más probabilidades de caer el situaciones de riesgo como jugar con cuchillos, asomarse por la ventana, etc. Otra consecuencia es que se puede volver un niño inseguro, frágil emocionalmente y poco estructurado.